Los pobladores de La Sierrita de Galeana permitieron a la minera canadiense Excellon Resources, entrar a su comunidad. Firmaron un contrato de arrendamiento de mil 100 hectáreas en 2008, pero tres años después, la empresa decidió ocupar, sin ninguna autorización, más espacio del que se le había otorgado. Ahí surgió el conflicto que hasta al día de hoy sigue sin arreglo. Sin embargo, la balanza se ha inclinado a favor de la minera, que a pesar de librar durante cuatro años un proceso legal con los ejidatarios, ha seguido operando con toda normalidad y sin pagar ni un solo peso de renta a los dueños del espacio que explota.
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