
El levantamiento de alerta de PROFEPA al río Pánuco por derrame de jales mineros, despertó preocupación en los sectores agrícola, acuícola y de pesca, pues la omisión de las autoridades para tomar pruebas de sedimentos, pone en riesgo la vocación productiva del estado.
Sinaloa, al poseer once ríos y por consecuencia contar con igual número de cuencas que desembocan en el Océano Pacífico, en caso de una sufrir una contaminación por materiales pesados de la minería —como zinc y cianuro—, podría enfrentar desde un veto de alimentos que son exportados al extranjero hasta el cierre en algunas de sus presas, que en el caso de la Picachos dejaría a Mazatlán y todo el sur sin agua por más de 50 años.
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