Manos y voces de mujeres se ven y se escuchan en esta sierra norte oaxaqueña. Aquí está la mujer que borda plumas, que hace chocolate y ate de membrillo, la que diseña piezas de madera y sirve de guía de turistas que recorren el bosque y los arroyos de la zona.
Tribuna de Los Cabos | Leer nota