
En la tierra, el oro se encuentra en su estado puro asociado a rocas de cuarzo. La erosión de estas rocas, durante millones de años, ha pulverizado estas venas, y el oro –más pesado que otros metales– se ha acumulado en capas de sedimentos, las vetas o “placeres” de oro.
Los humanos extraemos oro de la tierra desde hace por lo menos 7 mil años. Durante mucho tiempo fue posible encontrar el oro en forma de polvo, granos o pepitas visibles a simple vista. Los mineros lo extraían recogiéndolo de ríos o de antiguos lechos. En realidad, el oro fue alguna vez común en muchas partes del mundo; durante la prehistoria era para los humanos más fácil extraer oro que hierro de la tierra.
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