Lenta pero inexorable, corre la alarma en las serranías del norte y la tierras bajas de la Huasteca: una amenaza se cierne sobre los derechos territoriales de miles de comunidades. Y ésta tiene un nombre, aunque no sea el único: fracking, o fractura hidráulica, nuevo y agresivo procedimiento para extraer gas y petróleo debajo y dentro de las grandes rocas subterráneas. Más de un centenar de municipios de cuatro estados se encuentran amenazados por el fracking en las rondas cero y uno de la Secretaría de Energía, de acuerdo con los mapas de Advanced Resources Internacional de la Huasteca y el Totonacapan, según documenta la Alianza Mexicana contra el Fracking.
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