
Un estudio de la Iniciativa Global contra la Delincuencia Organizada Transnacional reveló que aún cuando los cárteles mexicanos han incrementado la extorsión, el robo, y las amenazas en contra de las empresas mineras en el país, hay evidencia de la colusión deliberada entre las minas y los líderes del crimen organizado. El informe también plantea que estas organizaciones criminales no sólo se limitan a extorsionar a las empresas mineras, “sino también los propios trabajadores, que tienen que pagar, cada uno por separado, para trabajar en la mina. En algunos lugares, esto se conoce como un ‘impuesto de cooperación’”.
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