El proyecto, que pretende dragar por 50 años 91 mil hectáreas de fondo marino para extraer fosfato en el Golfo de Ulloa, Baja California Sur, representa “una amenaza para la vida marina” de la zona que incluye Bahía Magdalena, entre ellas la ballena gris y la tortuga amarilla, y “atenta contra el sustento de más de cinco mil personas que dependen de la pesca en la zona.
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