Después que la norteamericana South American Placer Inc. (SAPI) y la Comsur dejaran Teoponte en medio de montañas de piedra y aguas turbias, allá por la década del 70 y 80, esta población vuelve a sufrir una masiva destrucción ecológica, esta vez en manos de cooperativistas auríferos, que no dudan en “devorar” cerros enteros y perforar el área urbana, en busca del metal precioso.
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