En Perú, las minas ilegales que están 5,400 metros por encima del nivel del mar le proporcionan empleo peligroso y no regulado a los habitantes de la ciudad La Rinconada. Con frecuencia el clima baja a menos de cero grados, y toda el área tiene recursos sanitarios y de cañería muy limitados. Supersticiones antiguas dicen que las mujeres no tienen permitido trabajar en las minas; por eso, se ven forzadas a buscar el oro sobrante en los deshechos que extraen los hombres del lugar. Se les conoce como las Hijas de Awichita, o pallaqueras, un nombre que hace referencia al dios que protege a los mineros.
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