Un equipo de mantenimiento de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) provocó el pasado miércoles el derrame de varios millones de litros de aguas ácidas ricas en metales pesados y otros tóxicos en la mina de oro Gold King (Nuevo México), afectando a dos de sus tributarios, el Cemento Creek y el Ánimas, extendiéndose ya a más de 160 kilómetros por el sistema hídrico y afectando a las localidades de Silverton, Farmingon, Aztec y Kirtland.
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